miércoles, 4 de marzo de 2015

Experiencias - "Buenos días Córdoba"

Una llamada el 16 de Febrero...

"La puerta se va abriendo... Va entrando un rallo de luz por ella, pero la habitación sigue oscura y tienes que tantear lo que vas a ver una vez se abra. Puede ser lo que imaginas o puede ser diferente, sólo hay que esperar para ver y comprender qué vendrá una vez se abra del todo."





Semanas pasaron desde aquella llamada. El 23 de Enero me dijeron que en un mes me llamarían del Hospital Reina Sofía. En febrero tras tanto sufrir, me citan para el 23 de Febrero con el cirujano para estudiar mi caso, pero ese día tocaba la sesión de la quimioterapia y no podía cambiarla. Querían dármela en esa misma semana pero no era posible porque de lunes a miércoles estoy anclada a la pequeña petaca de quimio que me clavan por encima del pecho derecho en el porta que me pusieron mediante cirujía para no destrozar las venas de mi cuerpo. Al final tuvimios que aplazarla para el 2 de Marzo con dolor de mi corazón, pues semana que retrasas, tiempo de tramitación que se pierde. Tras varios días, me vuelven a llamar del hospital para aplazar la cita un día más, pues el cirujano que me iba a atender se había cogido la baja por paternidad.

Cosas de la vida, semana más, semana menos... Hace varios meses un amigo que trabaja en el Hospital La Paz de Madrid, me habló de un cirujano que es jefe del equipo del Hospital Reina Sofía y trató de recomendarme ese cirujano. Esta amistad ha tratado de ayudarme en todo, incluso, antes de que me propusieran esa posible operaición en el Infanta Cristina, él insistía en que mis informes médicos lo viera su equipo y otro más que conozco. Le dije, que por favor no insistiera, que confiaba en el equipo médico que tenía en Badajoz y que hasta ahora todo ha ido bien. Cuando le dije en qué consistía la operación que pretenden hacer, él me dijo que hacía meses me la explicó muy brevemente, y que por ello insistía tanto en que lo viera su equipo, pues en Badajoz no tienen esa técnica. Con el tiempo se demostró todo y puede decirle: "¿Ves...? Por ello confío en mi equipo, pues lo que no tienen, lo buscan, se mueven y me envían a donde sí tienen esa posibilidad para mí" Él se quedó tranquilo y comprendió, además, dijo que le parece perfecto que confíe en mis médicos, que es algo muy importante. Quería empujar todo hacía donde él creía mejor por mi bien, pero le pedí que no forzara las cosas hacia donde él quiere, pues todo llega a donde tiene que llegar y tiene que fluir por sí solo. 

Todo llega... Todo se organiza y se dispone en el sitio y lugar indicado. Al final un cirujano se pide la baja por paternidad y voy a parar al cirujano que me recomienda esta amistad. Todo nace, todo surge con naturalidad, no hay que forzar solo empujar y esperar a ver que sale. Así es la vida...




Córdoba... Que ganas tenía de visitarte... Son años los que llevo para conocerte... El año pasado pretendía visitarte con un viaje que organizó Juanma González en mi pueblo, pero por aquel entonces estaba con vomitos y diarreas, además, era cuando andaba buscando qué era lo que no funcionaba bien en mi interior. Linda Córdoba, me has llamado para mi liberación. Ahí es donde voy a curarme y sanarme, gracias por recibirme con los brazos abiertos, gracias por el carlor que me has dado y que me darás los días que ingrese allí. 

El día 2 de Marzo nos encaminamos hacia la ciudad del califato, pero antes de embarcarme a ella, hubo muchos llantos. El sábado disfruté mucho, los efectos de la quimioterapia no los he notado a penas esta vez, así que me escapé del pueblo e hice en un día lo que podrías hacer en dos por si al día siguiente me tocaba pasarlo mal. Fue un día fabuloso desde la mañana hasta la noche, pero... Todo pasa factura, y mi cuerpo se vengó de mí por ser tan avariciosa. Pasé una noche infernal envuelta en dolor desde la 1 de la madrugada hasta las 10 de la noche del domingo. La espalda me dolía como nunca. A las 7:30 me tomé un paracetamol pero no aguantaba de tanto dolor y en el Insalud me pincharon un Nolotil. No sirvió de mucho, sólo pude dormir de 9 a 10 de la mañana y el dolor seguía ahí. Tenía que esperar 4 horas para poder tomarme otro paracetamol que nada hizo. Otras 4 horas y un nolotil más para el cuerpo. A las 18:00 lloraba porque no podía más, mi madre me llevó a mi adosado, llenó la bañera y me metí en ella. Todo el dolor desapareció, me quedé anestesiada con el calor del agua y zombi con tantos calmantes. Cené y me tomé un Voltaren (relajante muscular). Me tuvieron que llevar a la cama porque no me sostenía de lo drogada que estaba. Dormí desde las 22:00h hasta las 2 de la madrugada. Me desperté gimiendo de dolor y llorando. Mi madre durmió conmigo y hasta las 4 de la mañana no caí en un profundo sueño. Amanecí sin el dolor y mi madre me dijo que tuvo puestas sus manos en mi espalda y que parecia que habían gusanos moviéndose por ella. Le dije: "Claro mamá, ya te dije que las pastillas no me servirían de nada porque es tema muscular." Ella dijo: "Ya, por eso el Voltaren si ha hecho efecto". 

24 horas de dolor puro e intenso de regalo tras un día inmenso de felicidad y antes de irte a Córdoba. Es lo que tienes por haber perdido toda la masa muscular. No puedes hacer todo lo que quieres y como quieres, porque tienes que ir reponiendo la masa muscular poco a poco. Otro aprendizaje más. Los músculos duelen cuando vuelven a coger su volumen y se tienen que recolocar. Gracias Juan Correa por tus enseñanzas en esos masajes. Antes de partir, recibí uno para evitar el dolor por el viaje, pero... lo que molestan esos masajes. Y que la gente diga que los masajes son relajantes... Los hay que lo son, pero los del fisoterapeuta... Ahora eso sí, te dejan como nueva una vez termina.

¡Fuera dolor! Pero en Córdoba me encuentro con otro regalo por la noche. Hora tras hora en el baño para hacer de vientre. No pegué ojo por las diarreas de la quimioterapia. Ya puedes imaginar mi cara a la hora de desayunar antes de ir a la consulta para mi cirujano. Sí, es para tener buenas noticias, pero con que cuerpo voy a ir a verle. Me tomé un zumo de naranja y un café con leche. Llevo meses sin tomar café, pero tenía que hacerlo para espavilarme e ir con buena cara a esa consulta. Miraba a los camareros y quería sonreír pero mi cuerpo no podía y sólo quería descansar. 

El café hizo su efecto, pues entrando en el hospital, ya iba más activa. Aquello parecía un aeropuerto. Allí no había ascensores, sino escaleras mecánicas. Llegamos a la sala donde está mi consulta y esperamos. Por fin llega el cirujano, entra y al cabo de 10 minutos me llaman. 

Entramos... Justo a mano izquierda de la habitación estaban sentados el doctor Sebastián Rufian junto a dos jovencitas que estaban tomando notas mientras él leía mi informe (joven de 29 años que presena cuadro...). Mi madre y yo tomamos asiento, y mi padre y mi hermana se quedaron de pie. Luego otra mujer estaba junto a unas estanterías, que seguramente son los archivos que va pasando al doctor. Me da la mano, me saluda y se presenta. Se lee todo el informe delante de nosotros y me pregunta algunas cosas, pues con tanto cortar y pegar, se han suprimido muchas cosas que le tengo que detallar. Le digo que traigo otros informes de mi oncólogo y la cirujana además del CD con todas las pruebas que se me realizaron desde Junio de 2014. Él me dijo que lo informe no los necesita, pero que el CD lo vería en ese momento. 

Le doy el CD, lo arranca en el ordenador y le dije que traté de verlo, que había cosas que vi y entendia, pero que otras no. Él me dice, vale, ahora lo veremos y te explico todo al detalle, pues veo que estás muy bien informada de todo y que eres muy curiosa. Me vi al completo por dentro, me detalló qué me cortaron y dónde. Se páso más de 15 minutos detallando todo y se me dibujó una sonrisa al poder comprender todas esas imágenes que eran imperceptibles a mi retina la primera vez que las miré. 

Una vez termina de leer e informarse de todo mi historial, me mira, y me dice con cariño: "Bueno... ¿Y a qué vienes aquí?" Le contesto: "¡A que me cures!" Se ríe y me dice: "Muy buena respuesta" 

Me cuenta qué se pretende hacer conmigo en ese hospital. Las cosas que escucho son todas buenas hasta que me preocupo de ciertos detalles. Escuché cosas muy duras tranquila y serena. Todo me gustó y acepté porque quieren asegurarse la erradicación del tumor al 100%. Dentro de dos meses seré operada, no puede ser antes, porque llevo unos anticuerpos en la quimio que impiden la perfecta cicatrización de mis heridas, pero que ayuda a mi organismo a luchar contra el tumor. Así que para asegurarse la perfecta cicatrización tras la operación, ahora, recibiré mi tratamiento sin esa parte del tratamiento. 



Ya tenemos fecha de salida, y Córdoba será el lugar de mi renacimiento. ¡Gracias Córdoba!



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